Cada generación produce su «literatura de poder». Esta clase de literatura tiene en sí el poder de transformar la vida del lector. Siguiendo esta tradición,
EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO
está destinado a ejercer influencia en incontables vidas.
Se presenta aquí la leyenda de Hafid, un camellero de hace dos mil años, y su ardiente deseo de mejorar su humilde condición. A fin de poner a prueba su habilidad en potencia, es enviado a Belén por su señor Pathros, el gran mercader de caravanas, a vender un solo manto. Fracasa y, en cambio, en un momento de compasión, regala el manto para abrigar a un bebé recién nacido en una cueva cerca de la posada.
Hafid retorna a la caravana avergonzado, pero viaja acompañado de una estrella brillante que resplandece sobré su cabeza. Este fenómeno es interpretado por Pathros en el sentido de que es una señal de los dioses, y le obsequia a Hafid diez pergaminos antiguos que contienen la sabiduría necesaria para que el joven realice todas sus ambiciones.
Esta historia obsesionante presenta también los escritos completos de los pergaminos originales. Hafid aplicó los principios de éxito de dichos pergaminos, para convertirse en el vendedor más grande del mundo… y lo que esos principios lograron para él, lo lograrán también para usted… porque todos somos «vendedores»… y el éxito que alcanzamos en la vida depende enormemente de cómo nos presentamos a los demás.
El capítulo final del libro le dejará una impresión imborrable… en momentos en que el anciano y próspero Hafid,
EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO
, hace entrega de los diez pergaminos a una persona muy especial.
Og Mandino
El vendedor más grande del mundo
ePUB v1.2
Oxobuco11.07.12
Título original:
The Greatest Salesman in the World
Og Mandino, 1968
Traducción: Benjamín Mercado
Editor original: Oxobuco (v1.0 a v1.2)
Corrección de erratas: Oxobuco
ePub v1.0
Este libro está respetuosamente dedicado al gran vendedor W. CLEMENT STONE, que ha armonizado el amor, la compasión y un sistema singular del arte de vender, creando una filosofía viva para el éxito que motiva y guía a incontables millares de individuos todos los años para descubrir mayor felicidad, buena salud mental y física, paz mental, poder y riquezas.
OG MANDINO es editor ejecutivo de
Success Unlimited
(Éxito sin límites), revista de éxito, que señala rumbos en los Estados Unidos.
A Treasury of Success Unlimited
es una antología de los mejores escritos que han aparecido en la revista desde su fundación en 1954. Presenta en este novísimo libro el conocimiento y la sabiduría adquiridos en casi dos décadas como vendedor y jefe de ventas. Sus artículos y cuentos han sido aclamados nacionalmente por su sensibilidad y compasión.
Este libro presenta las diez reglas básicas para la venta eficaz, y lo hace extraordinariamente bien. El autor, que es vendedor él mismo, habla por experiencia, y sus sabios consejos ayudarán a todo vendedor sincero a alcanzar mayor éxito. Recomiendo profundamente este libro a los vendedores.
Rdo. John A. O'Brien, doctor en Filosofía y Letras. Profesor de teología dedicado a la investigación, Universidad de Notre Dame.
¡Por fin!, un libro sobre ventas y el arte de vender que puede ser leído y disfrutado por el vendedor veterano y por el que comienza. Acabo de leer «El vendedor más grande del mundo» por segunda vez —era demasiado bueno para ser leído solo una vez— y con toda sinceridad afirmo que es el libro de más fácil lectura, el más constructivo y el instrumento más útil para la enseñanza del arte de vender como profesión, que he leído jamás.
F.W. Errigo, gerente de preparación de vendedores en los Estados Unidos, Parke, Davis and Company.
He leído casi todos los libros que se han escrito sobre el arte de vender, pero creo que Og Mandino los ha incorporado a todos ellos en «El vendedor más grande del mundo». Todo aquel que siga estos principios no fracasará jamás como vendedor, y nadie será realmente grande sin ellos; pero el autor ha hecho más que presentar los principios, los ha combinado hasta hacerlos formar parte de una de las historias más fascinantes que he leído.
Paul J. Meyer, presidente de Success Motivation Instituto, Inc.
Todo gerente de ventas debe leer «El vendedor más grande del mundo». Es un libro que debemos mantener a la cabecera de la cama, o en una mesita en la sala de recibo; un libro para consultar cuando es necesario, leerlo de vez en cuando, disfrutar de pequeñas y estimulantes porciones. Es un libro para el ahora y para los años, un libro al que podemos recurrir una y otra vez, como a un amigo, un libro de directivas morales, espirituales y éticas, una fuente inagotable de consuelo e inspiración.
Lester J. Bradshaw, (hijo) Ex decano, Instituto de buena oratoria y relaciones públicas Dale Carnegie.
Quedé sobrecogido por «El vendedor más grande del mundo». Es sin duda, la historia más grande y conmovedora que he leído. Es tan bueno que hay dos imperativos que quiero añadir:1) no debe dejarlo hasta que lo termina de leer; y 2) todo vendedor que vende algo, y eso nos abarca a todos nosotros, debe leerlo.
Robert B. Hensley, presidente Life Insurance Company, of Kentucky.
Og Mandino, en forma estimulante, nos aguijonea la atención fascinándonos, al relatar en forma maestra su historia. «El vendedor más grande del mundo» es un libro que tiene atracción emocional para millones.
Roy Garn, director ejecutivo de Emotional Appeal Institute.
Hay muy pocos hombres que cuentan con el talento de escritor con que ha sido dotado Og Mandino. Los pensamientos contenidos en este libro simbolizan la importancia del arte de vender en lo que respecta a la existencia de todo el mundo.
Sold Polk, presidente de Polk Brother Incorporated.
Acabo de terminar la lectura ininterrumpida de «El vendedor más grande del mundo». El argumento es original e ingenioso. El estilo es interesante y fascinante. El mensaje conmueve, inspira. Cada uno de nosotros es un vendedor, no importa cuál sea nuestra ocupación o profesión. Primero de todo debe efectuar la venta de sí mismo a sí mismo, a fin de hallar la felicidad personal y la paz mental. Este libro, si es leído, absorbido y obedecido cuidadosamente, puede ayudar a cada uno de nosotros a ser su mejor vendedor.
Doctor Louis Binstock, rabí, del Templo Sholom, Chicago.
Me gusta la historia… me gusta el estilo… me gusta el libro. Todo vendedor y todo miembro de su familia debe leerlo.
W. Clement Stone, presidente de Combined Insurance Company of America.
Según mi opinión, «El vendedor más grande del mundo» por Og Mandino se convertirá en un libro clásico. He publicado centenares de libros durante los años, pero el poderoso mensaje de Og Mandino halló un sitio en el lugar más recóndito de mi ser. Me siento orgulloso de ser el editor de este libro.
FREDERICK V. FELL.
Hafid se demoró frente al espejo de bronce y estudió su imagen reflejada en el metal bruñido.
«Sólo los ojos conservan su juventud», murmuró al darse la vuelta y caminar lentamente por el espacioso piso de mármol. Pasó entre columnas de ónice negro que sostenían el cielo raso bruñido de plata y de oro, y sus ancianas piernas lo llevaron más allá de las mesas esculpidas en madera de ciprés y marfil.
Las incrustaciones de carey brillaban en los sofás y divanes, y las paredes, adornadas con piedras preciosas, relucían con brocados del más esmerado diseño. Enormes palmeras crecían plácidamente en vasijas de bronce sirviendo de marco a una fuente de ninfas de alabastro, mientras que grandes floreros, incrustados de piedras preciosas, competían con su contenido en llamar la atención. Ningún visitante al palacio de Hafid podía dudar de que se tratara en realidad de una persona con grandes riquezas.
El anciano pasó por un jardín cercado y entró a su almacén que se extendía más allá de su mansión en una distancia de 500 pasos. Erasmo, su principal tenedor de libros, esperaba inseguro un poco más allá de la entrada.
—Mis saludos, señor —dijo Erasmo.
Hafid inclinó levemente la cabeza y continuó en silencio. Erasmo lo siguió sin poder ocultar la preocupación de su rostro ante la extraordinaria solicitud de su amo para celebrar una entrevista en este lugar. Cerca de las plataformas de carga, Hafid se detuvo contemplando las mercancías que eran sacadas de vagones de carga y contadas en puestos separados. Había lana, lino fino, pergaminos, miel, alfombras y aceite del Asia Menor; cristales, higos, nueces, y bálsamo de su propio país; textiles y drogas de Palmira; jengibre; canela y piedras preciosas de Arabia; maíz, papel, granito, alabastro y basalto de Egipto; tapizados de Babilonia; pinturas de Roma; y estatuas de Grecia. Flotaba en el ambiente un intenso aroma a bálsamo y el fino olfato de Hafid percibía la presencia de dulces ciruelas, manzanas, queso y jengibre.
Finalmente se volvió a Erasmo.
—Mi viejo amigo, ¿cuánta riqueza hay ahora acumulada en nuestro tesoro?
Erasmo palideció.
—¿En total?
—En total.
—No he estudiado los números recientemente, pero calcularía que hay más de siete millones de talentos de oro.
—Y si todas las mercancías en todos mis almacenes y emporios se convirtieran en oro, ¿cuánto reportarían?
—Nuestro inventario no está aún completo para esta temporada, señor, pero calcularía un mínimo de otros tres millones de talentos.
Hafid asintió con la cabeza.
—No compres más mercancías. Inicia de inmediato los planes necesarios para vender todo lo que es mío y convertirlo en oro.
El tenedor de libros abrió la boca sin emitir sonido. Retrocedió como si algo le hubiese golpeado, y cuando finalmente recobró el habla, tuvo que hacer un esfuerzo para decir.
—No lo entiendo, señor. Este ha sido nuestro año más provechoso. Cada uno de los emporios informa sobre aumentos en las ventas respecto de la temporada anterior. Hasta las legiones romanas son ahora nuestros clientes, puesto que, ¿no le vendió al procurador de Jerusalén 200 sementales árabes en el espacio de dos semanas? Perdóneme mi intrepidez, porque rara vez pongo en tela de juicio sus directivas, pero esta orden no la puedo entender…
Hafid sonrió y le tomó con suavidad la mano a Erasmo.
—Mi camarada digno de confianza, ¿es tu memoria lo suficientemente vivida como para recordar la primera orden que recibiste de mí cuando comenzaste a trabajar para mí hace muchos años?
Erasmo frunció el ceño fugazmente, y luego se le iluminó el rostro.
—Me encargó que sacara todos los años la mitad de las ganancias de nuestro tesoro y las distribuyera entre los pobres.
—¿Y no me consideraste en aquella época un hombre de negocios necio?
—Abrigué grandes recelos, señor.
Hafid asintió con la cabeza y extendió los brazos hacia las plataformas de carga.
—¿Estás dispuesto a admitir que tu preocupación carecía de fundamento?
—Sí, señor.
—Permíteme entonces animarte a que tengas fe en mi decisión hasta que te explique mis planes. Soy ahora anciano y mis necesidades son sencillas, elementales. Dado que mi amada Lisha ha sido quitada de mí, después de tantos años de felicidad, es mi deseo distribuir todas mis riquezas entre los pobres de esta ciudad. Guardaré solo lo suficiente como para terminar mi vida sin incomodidades. Además de disponer de nuestro inventario, quiero que prepares los documentos necesarios a fin de transferir el título de propiedad de cada uno de los emporios al que actualmente lo administra por mí. Quiero también que distribuyas 5.000 talentos de oro a estos gerentes como recompensa por sus años de lealtad, para que puedan surtir de nuevo sus estantes y anaqueles como deseen.