El Mar De Fuego

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Authors: Margaret Weis,Tracy Hickman

Tags: #Fantasía Épica

BOOK: El Mar De Fuego
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Margaret Weis & Tracy Hickman

El Mar de Fuego

El Ciclo de la Puerta de la Muerte

Volumen 3

ePUB v1.0

geromar
02.07.11

 

El ya conocido personaje, Haplo, el patryn que ha recibido la orden de viajar a cada uno de los cuatro mundos a través de la Puerta de la Muerte, se encamina a Abarrach, el reino de piedra, a bordo de su nave, surcando una extensión de magma agitado. Haplo comparte su embarcación, protegida por las runas, con el sartán llamado Alfred, a quien hasta ahora había considerado el último miembro de su raza que quedaba con vida. Sin embargo, al poco tiempo de descubrir la ciudad desierta y ensangrentada de Puerto Seguro, Haplo y Alfred -enemigos por naturaleza y camaradas por necesidad- topan cara a cara con una tribu perdida de sartanes dedicada a la práctica de su magia más prohibida. Dirigidos por unos poderosísimos magos, los ejércitos de los sartán se mueven en la noche mientras Abarrach se ve barrida por la guerra civil. Los gobernantes del reino buscan desesperadamente la Puerta de la Muerte y a cualquiera que tenga noticia de su existencia, pues los invade la certeza de que la muerte se está apoderando gradualmente de su mundo de catacumbas y lava.

Título original: Fire Sea (Volume 3 The Death Gate Cycle)

Traducción: Hernán Sabaté

© 1990 by Margaret Weis and Tracy Hickman

Published by arrangement with Bantam Books, a división of

Bantam Doubleday Dell Publishing Group, Inc., New York.

© Grupo Editorial Ceac, S.A. 1991

Para la presente versión y edición en lengua castellana.

Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A.

ISBN: 84–413–0275–8 (Obra completa, bolsillo)

ISBN: 84–413–0645–1 (volumen 54)

Depósito legal: B. 14150–1997

Printed in Spain

«Y el que estaba muerto resucitó».

Juan 11,44

PRÓLOGO

En cuatro ocasiones he viajado a través de la Puerta de la Muerte, pero nada recuerdo de esas travesías. Todas las veces que he penetrado en la Puerta, lo he hecho en estado de inconsciencia.

Mi primer viaje fue al mundo de Ariano, ida y vuelta, y estuvo muy cerca de ser el último.
{1}

En mi viaje de regreso conseguí una nave dragón construida por los elfos de Ariano, mucho más fuerte y adecuada que mi primer vehículo. Potencié su magia y la llevé conmigo al Nexo, donde mi Señor y yo trabajamos aplicadamente para aumentar todavía más esa magia que la protegía. Las runas de poder cubren ahora casi cada centímetro de su superficie.

Con esta nave volé a mi siguiente destino, el mundo de Pryan. De nuevo, crucé la Puerta de la Muerte; de nuevo, perdí el sentido al hacerlo. Y desperté en un mundo donde no existe la oscuridad, sino sólo una luz perpetua.

Llevé a cabo mi tarea en Pryan satisfactoriamente, al menos en lo que a mi Señor respecta. Mi amo se mostró complacido con mi trabajo.

Yo, no tanto.
{2}

Al abandonar Pryan, me hice el propósito de permanecer consciente para ver la Puerta y observar qué se experimentaba. La magia de mi nave protegía a ésta y a mí hasta el punto de que ambos llegábamos a nuestro destino completamente sanos y salvos. ¿Por qué, entonces, me desmayaba? Mi Señor sugirió que debía de tratarse de una debilidad mía, de una falta de disciplina mental, así que me propuse firmemente no rendirme. Pero para mi disgusto volví a comprobar, mortificado, que no recordaba nada.

Allí me encontraba, perfectamente despierto, a punto de entrar en aquel agujero negro que parecía demasiado pequeño para que cupiera en él mi nave. Y, al instante siguiente, estaba a salvo en el Nexo.

Es importante que aprendamos todo lo posible sobre el viaje a través de la Puerta de la Muerte, pues por ella habremos de transportar los ejércitos de patryn que deben llegar a esos mundos dispuestos a luchar y conquistarlos. Mi Señor ha estudiado el asunto en profundidad revisando los textos de los sartán, nuestros enemigos ancestrales, que construyeron la Puerta de la Muerte y los mundos a los que ésta conduce. Y ahora acaba de informarme, en la víspera de mi viaje al mundo de Abarrach, de que ha realizado un descubrimiento.

Acabo de regresar de un encuentro con mi Señor y confieso que estoy decepcionado. No digo esto como crítica a mi Señor, a quien respeto más que a nadie en el universo, pero su explicación de la Puerta de la Muerte tiene poco sentido. ¿Cómo es posible que un lugar pueda existir y, al mismo tiempo, no existir? ¿Cómo puede el tiempo marchar hacia adelante y hacia atrás a la vez? ¿Cómo puede su luz ser tan brillante que me sumerjo en la oscuridad?

¡Mi Señor sugiere que la Puerta de la Muerte no fue hecha para ser atravesada! Sigue sin descubrir cuál es —o era— su función. Según él, su propósito puede haber sido, simplemente, servir de una vía de escape de un universo agonizante. Yo no estoy de acuerdo. He descubierto que los sartán pretendían que existiera algún tipo de comunicación entre los mundos. Por alguna razón, esta comunicación no se estableció. Y la única conexión que he encontrado entre los mundos es la Puerta de la Muerte.

Mayor razón todavía para que deba permanecer consciente en mi próximo viaje. Mi Señor me ha sugerido cómo disciplinarme para lograr mi objetivo, pero me ha advertido que corro un riesgo extremo.

No perderé la vida; la magia de la nave me protege de cualquier daño físico.

Pero podría perder la razón.
{3}

CAPÍTULO 1

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